Por último, el dinero público movido hacia los PP.NN. debe integrarse en los Presupuestos Generales, tanto de la Administración Central (PGE) como los que reflejan las cuentas de las CC.AA. En los PGE se integran datos al respecto en dos apartados: dentro del programa de gastos, ubicado como programa 456C de Protección y mejora del medio natural (PGE, pp. 175-177), y en los presupuestos para Organismos Autónomos (PGE, 2018). La abundancia de cifras y conceptos es abrumadora, aunque no se comprende qué parte va del OAPN a cada uno de los PP.NN gestionados por la entidad, no indicándose en ningún apartado. Además, tampoco se sabe cuánto llega a las CC.AA., ni tampoco cuántos son los recursos empleados por estas ni su procedencia. Y es que estos fondos no son finalistas, es decir, no van ligados a una ejecución particular, según el cofundador de ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, pudiendo recaer en cualquier necesidad de los Parques, o incluso no recayendo en ellos en casos puntuales.
Por parte de las CC.AA., acceder a sus presupuestos no es tan sencillo como sí puede serlo a los PGE. Al tratar de hacerlo se ha descubierto que indagar en la estructura de presupuestos es un trabajo tortuoso, donde cada administración muestra la información de una forma distinta, dando solo algunos datos como el total de recursos a disposición de una consejería pero no los programas ligados, y en ningún caso se identificó el dinero que llega a los Parques en cuestión.
Los documentos de la Administración Central aportan más información que los autonómicos, aunque a partir de ningunos se puede comprender la situación, y menos seguir el rastro del dinero o contrastar unas cifras con otras. Sí es cierto que hay gran cantidad de textos informativos en abierto, Plan Director, PRUG, presupuestos varios, memorias y anuarios, y que en líneas generales han ido mejorando para aportar más información. Aún con ello, variedad de archivos al alcance no implica una debida transparencia en este caso.